Cómo nació la web

Creo que el primer fin de semana que pasé en el CERN fuí a conocer la biblioteca, a ver si encontraba algo para distraerme. Por eso comencé a leer How the web was born. Una historia de la Web contada por las personas que participaron en el proyecto y que trabajaron con T.B. Lee en el CERN. No terminé el libro. Un par de semanas después de haberlo comenzado lo devolví. Hoy encontré algunas notas que tenía de esos días.

No es un libro apasionante, no engancha y, digámolo, es aburrido a ratos. No sorprende porque es una historia más o menos conocida porque comienza con las primeras redes de computadores y describe también, para todo público, las tecnologías que utilizan: la conmutación por paquetes, los protocolos de comunicación y todas esas cosas. El estilo tampoco es _tan_ entretenido, está lejos de ser un libro de Simon Singh.

Sin embargo encontré un par de cosas interesantes. La primera es la diferencia de la innovación en EE. UU. y en Europa. En países como Francia e Inglaterra ya se había desarrollado la tecnología de las redes con varios años de anticipación, pero en EE. UU. no tuvieron los obstáculos burocráticos para poderlas explotar.

La segunda cosa interesante la comencé a notar en los últimos capítulos que alcancé a leer, cuando se describían los diferentes sistemas de hipertexto que existieron antes que la Web. El objetivo principal de estos es compartir información, permitir el acceso a ella. Por otro lado, el propósito inicial de las redes de computadores era compartir recursos. Si el super computador de hace varias década estaba en una red, las personas podían utilizar terminales para acceder a el y aprovechar toda su capacidad. Ambas ideas le permitieron a la Web alcanzar la popularidad y el crecimiento que tiene ahora.

Y bueno, no seguí leyendo más. Un día tuve que viajar y dejé el libro en el buzón de la biblioteca un jueves en la madrugada.