Gira y grita

Recuerdo que hace 10 años, en 1994, mientras yo estaba terminando el primer año de bachillerato, asistí por primera vez a un concierto de ‘rock’.

No se por qué fuí. Quiero decir, yo no estaba muy interesado en ir, pero mi hermano si, pues iba a ir con sus amigos. Creo que el me invitó. De cierta manera el es el responsable de que yo esté escribiendo esto ahora.

Ése viernes llegamos a la Plaza de Toros de Popayán, el único lugar apropiado que había para hacer conciertos. No recuerdo haber visto mucha gente haciendo fila para entrar, tampoco recuerdo que las tribunas estuvieran llenas. El caso es que mientras entrábamos yo le preguntaba a mi hermano acerca de los grupos que iban a tocar.

A ver, uno se llama “Fuera de quicio”, en el otro canta un man que tiene la voz igualita al de U2 y el último grupo es de Bogotá - Me dijo

Obviamente, su explicación no me dijo gran cosa. Es más, para decir algo sobre mi cultura músical, no tenía idea de qué era U2. Pero eso era de esperarse en un niño que estaba apenas comenzando el bachillerato, ¿no?.

Recuerdo que los dos primeros tocaban rock en español, luego me dirían que eran canciones de un tal “Miguel Mateos” y otros nombres que, como raro, no recuerdo. Sin embargo, no olvidaría las canciones que tocó el grupo que venía de Bogotá. Aunque nunca las había escuchado antes, sería imposible olvidarlas.

¿Cómo se llama este grupo, le pregunté a mi hermano en medio del concierto Noches de Liverpool, me dijo.

Please, please me

Al día siguiente, no podía quitarme de la cabeza una de las canciones que habían tocado Noches de Liverpool. Según me dijeron, ellos interpretaban canciones de los Beatles, un grupo de Liverpool. Según lo que la televisión me había enseñado, los tales “Beatles” eran un grupo muy famoso de hace muchos años, en la época de los hippies y de cosas así. Creo que yo entendía muy poco sobre todo eso, asi que no le prestaba mucha atención.

Yo seguía con la canción en la cabeza, pero no sabía cómo se llamaba. Se la tarareaba a mi hermano, pero el tampoco sabía. Mi papá no había escuchado tanto a los Beatles como para recordar el título. Y yo seguía con la canción e intentaba encontrarla.

En los días siguientes fuí a “Eco musical” que era, prácticamente, el único almacén de discos que había en Popayán. Me puse a buscar algo de los Beatles y encontré varios discos de vinilio. Encontré un estuche rojo con dos discos que decía “The Beatles 1962 - 1966”, luego ví otro azul que decía “1966 - 1970”. No recuerdo de dónde saque la plata y compré el rojo.

Apenas llegué a mi casa los pusé en el tocadiscos. No escuché ninguna canción completa. Apenas comenzaba una, levantaba la aguja y la movía hasta la canción siguiente, y así hasta la última. Cambié el disco de lado y comencé nuevamente. Cuando terminé de hacer lo mismo para el segundo disco, quedé algo decepcionado. La canción no estaba.

With the Beatles

Durante las tardes me ponía a escuchar los dos discos. Ponía un disco, lo cambiaba de lado y luego ponía el otro. Pude recordar que varias las había escuchado en el concierto, como “I wan’t to hold your hand”, “Please, please me”, “Help!” y “Yellow submarine”. Aunque no estaba la canción que tanto me había gustado, los dos discos me gustaban mucho y había comenzado a escucharlos casi todos los días.

Recuerdo que veía las dos fotos del estuche. En una salían los cuatro apoyados sobre la baranda de un balcón, salían sonrientes, con corbata y bien peinados. La otra la habían tomado varios años después y, aunque estaban en la misma posición, salían muy diferentes. Tenían pelo largo, barba, anillos y estaban vestidos con ropa que comenzaba a reconocer como ‘hippie’. Me causaba mucha curiosidad saber por qué habían cambiado tanto, quería saber quiénes eran ellos, qué habían hecho para que después de 30 años otros grupos tocaran sus canciones.

Beatles for sale

Durante unas semanas ahorré y volví a “Eco musical”. Compré el album azul, pues me dije que allí debería estar la canción que tanto me había gustado.

Hice lo mismo que con el rojo: recorrí todas las canciones de los dos discos y la canción tampoco estaba. Al igual que con el album rojo, me dediqué a escuchar todos los días esos dos discos que tenían canciones tan diferentes de las primeras que había escuchado.

Me sorprendí tanto al escuchar cosas como Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, A day in the life o Magical mistery tour. Para mi, eran canciones que podrían ser presentadas en la radio como si fueran las más recientes y uno no se daría cuenta. Tampoco resistí al “la ra la la la” de Hey jude ni al comienzo de Revolution.

Help!

No había nada que hacer. Yo era un grouppie más. Mis ídolos eran los Beatles y quería saber todo sobre ellos. Grababa los que pasaban en TV, recortaba los artículos que salían en los periódicos, buscaba las letras de las canciones… en fin, me fijaba en todo lo que tenía que ver con ellos. Recuerdo que para la navidad de ese año, 1994, quería como regalo un libro sobre su historia.

Rubber soul

Esa navidad también me regalaron, por primera vez, un disco compacto. De hecho, fueron dos. Se trataba de Live at the BBC. Me gustó porque podía escuchar otras versiones de las canciones que ya conocía y, obviamente, porque conocí muchas otras que, hasta ese momento, eran nuevas para mi. Recuerdo que no me gustaba escuchar las conversaciones ni las entrevistas que tenía el disco, pues no las entendía muy bien. Creo que no me decepcioné tanto al saber que la canción, que me había llevado hacia los Beatles por primera vez, tampoco estaba allí.

Revolver

Lo que encontré en el libro también fue una sorpresa para mi. Yo los había idealizado por completo y, a veces, no podía creer que hubieran tenido tantas peleas entre ellos, ni me imaginaba cómo habían sido sus inicios, ni los problemas que habían tenido con la prensa, con Yoko, con las drogas, con sus ganancias… no sabía nada de eso. Ahora que lo pienso, me gustaría mucho releer ése libro. Buscar más detalles acerca de sus canciones y no tanto acerca de su vida.

Durante esos días, en los que los discos de vinilo comenzaban a desaparecer, volví nuevamente a “Eco musical” a buscar algo de ellos y encontré un album doble de John Lennon: Imagine. Lo compre, creo, porque ya sabía lo que iba a encontrar. Si, la segunda canción del lado A del primer disco era la canción que había estado buscando durante todo ése tiempo: Twist and shout. Fue muy curioso que después de haber buscado tanto esa canción, ya casi no me gustara. En ése momento prefería Sgt pepper’s o Lucy in the sky with diamonds o cualquiera más reciente que no fuera tan “yeah, yeah”.

Lonely hearts club band

Durante ese año, 1995, comenzaron a salir las Antologías, las nuevas canciones sonaban en la radio y en la televisión pasaban los especiales. Los Beatles estaban nuevamente de moda. Me gustó mucho poder ver las imágenes del tiempo que pasaron con el maharishi, los videos de algunas canciones, las entrevistas en las que uno se daba cuenta de que había pasado mucho tiempo desde que se peinaban igual y se ponían corbata para las entrevistas y las presentaciones.

(en blanco)

Con los años, mi afición había ido bajando. Los Beatles me seguían gustando, pero me interesaba únicamente en su música.

Y creo que me gustan tanto porque puedo escuchar sus canciones en cualquier momento. Siempre habrá una canción apropiada para el estado de ánimo, la hora del día o lo que se esté haciendo en ese momento. No hay nada mejor que levantarse, ver el cielo despejado y escuchar Here comes the sun. Tampoco faltarán los momentos para A day in the life, In my life, The long and winding road, The fool on the hill, ni Something.

También me gusta escucharlos en las diferentes versiones que han hecho: orquestas, guitarristas, otros grupos de rock (Oasis - I am the walrus), con instrumentos andinos… nunca escuché la versión en cantos gregorianos, no me imagino cómo puede llegar a ser eso. En cambio, si escuché la versión salsa de varias canciones y no me gustó en absoluto. Tampoco me gustó la versión que los Fabulosos Cadillacs hicieron de Strawberry fields forever.

Aunque ya no vivía pendiente de las noticias de los Beatles, no fuí ajeno a dos hechos que tuvieron que ver con George Harrison. Primero el ataque del que fueron víctimas él y su esposa. Y luego, su muerte. Recuerdo que días después, cuando conocí a un amigo que definía a los Beatles como su primer amor musical, nos quedamos escuchando sus canciones toda la noche. Recuerdo cuando escuchabamos While My Guitar Gently Weeps, Something y Here comes the sun.

Magical mystery tour

Ahora, al estar acá, no dejaba de pensar en un viaje de perigrinación a Inglaterra. Conocer Strawberry fields, ver la barbería de la que hablan en Penny lane, pasar al frente de lo que queda del Cavern, ver la tumba de Eleonor Rigby, visitar el aeropuerto John Lennon (above us only sky), cruzar la calle descalzo, tomarme una foto al frente de Apple Records… en fin, todas las cosas que me hubiera gustado hacer durante mi época de grouppie.

Roll up, roll up for the mystery tour

No iré a Liverpool, pero sí voy a hacer la perigrinación. No voy a ver un museo de los Beatles, ni visitar los lugares que ellos hicieron famosos, ni sus casas, nada de eso.

La perigrinación que haré será por su música o por lo que aún puedo ver de ella.

The magical mystery tour is waiting to take you away

Y si, todo esto para decir que este jueves iré al concierto de Paul McCartney. El magical mystery tour apenas comienza y está aquí para llevarnos. Tiene todo lo que necesitamos. Satisfaction guaranteed.